¿Un niño grande o un coleccionista informado?

Soy como la mayoría de ustedes, me encanta pasar el rato en el pasillo de juguetes de las tiendas. Me siento a gusto allí, en mi elemento. Allí descubro todas estas novedades que todavía me dan ganas y me maravillo del ingenio de los fabricantes en este campo en constante evolución.

Pero también noté una extraña reacción de mi parte: para la mayoría de las marcas, parezco un niño, con ganas de jugar, de manejar, de dar vida a estos juguetes. Cuando llego al departamento de LEGO, mi mirada cambia. Miro cada caja con un sentimiento diferente, como si tuviera una consideración diferente por ellos, como si de repente me volviera más observador, más preocupado, menos juguetón ...

Este cambio de actitud siempre me sorprende. Me gusta jugar con mis LEGO, ver a mi hijo armar un set, inventar un barco, agitar una caja para medir la densidad de su contenido ... Pero también soy siempre más cuidadoso con mis LEGO que con otros juguetes que pueblan el habitaciones de mis hijos.

Le doy más valor a los pocos ladrillos de plástico o minifigs de mi colección que a la figura de Spider-Man del más joven o a las queridas peonzas de los mayores. Incluso a veces les cuesta entender el respeto que les doy a los LEGO de mi colección, porque después de todo, para ellos, son juguetes como cualquier otro. Les cuesta entender por qué me preocupan los folletos de instrucciones, o por qué me cuido de no estropear una caja, sobre todo a la hora de tirar sin complejos los embalajes de otros juguetes, a veces mucho más caros, después de un desembalaje febril la mañana de Navidad. ..

Este extraño comportamiento no me molesta. A veces sorprende, considerando todo, mi séquito, pero siempre encuentro una explicación válida para justificar mi relación con los LEGO. 

A diferencia de muchos AFOL de hoy, tengo muy pocos recuerdos de la infancia relacionados con LEGO. Incluso entonces, este juguete ya era muy caro y comprar LEGO era un lujo que no todos los padres podían permitirse. 

No me convertí en AFOL por nostalgia, no tengo mucho que decir sobre mi infancia con LEGO, y no sentí que hubiera experimentado una Edad Oscura, esta depresión durante la cual los fanáticos de LEGO engañan a su juguete favorito.

Todo esto explica sin duda mi relación actual con los LEGO: una especie de dualidad entre el deseo de jugar y la pasión por coleccionar. Quieres conocer esta agradable sensación de dolor en los dedos que sufren por haber manipulado demasiados ladrillos, pero también buscar los conjuntos más antiguos para completar una colección que ya ocupa demasiado espacio. 

No recuerdo haber jugado LEGO cuando era niño, pero recordaría recuperar el tiempo perdido cuando era adulto.

Y usted ? ¿cuál es tu relación con lego? Jugadores, coleccionistas, diseñadores, nostálgicos, ¿cuál es el valor de estos pedazos de plástico a tus ojos?